miércoles, 10 de marzo de 2010

Expertos internacionales: Respuesta chilena a terremoto fue ejemplar



SANTIAGO.— Por más que mucha gente diga que la respuesta del gobierno al devastador terremoto del 27 de febrero fue lenta e ineficiente, expertos en desastres naturales afirman que, por el contrario, el desempeño de las autoridades chilenas fue tan bueno que debería ser usado como modelo para el resto del mundo.

Una encuesta dice que la mayoría de los chilenos piensa que la respuesta fue un tanto lenta y que las víctimas del terremoto pasaron varias noches a la intemperie mientras sus casas eran saqueadas. La popularidad de Bachelet, quien entregará el gobierno a su sucesor Sebastián Piñera el jueves, sigue intacta. Y eso no le sorprende a los expertos.

Los entendidos en estas cuestiones admiten que la Armada y las oficinas de emergencias no emitieron a tiempo un alerta de tsunami que pudo haber salvado vidas y que Bachelet tal vez se demoró un poco en sacar a los militares a la calle para controlar los saqueos.

Pero agregan que, como contrapartida, se hicieron muchas cosas bien. Elogian en particular el que se haya insistido en que la ayuda internacional respondiese a las necesidades específicas del país, el que restaurasen rápidamente las carreteras y el que se encomendase a los militares el manejo de la logística. Todas estas medidas hicieron posible que se distribuyesen 12.000 toneladas de ayuda en tan solo diez días.

Y a pesar de los grandes daños sufridos por los hospitales, se registraron pocas muertes desde que las aguas del tsunami se retiraron. El total de muertes es de 497 personas, relativamente bajo para un terremoto de semejante magnitud, aunque hay cientos de desaparecidos.

La vital carretera que recorre el país de norte a sur fue reparada en un día. Se colocaron gruesas placas de metal en las fisuras, se rellenaron huecos con grava y se limpiaron pronto los escombros de una docena de puentes peatonales destruidos. Las rápidas reparaciones hicieron posible el paso de una caravana de 100 camiones con ayuda que partió de la capital hacia los sectores más afectados.

Veteranos de otros desastres naturales están impresionados con la respuesta chilena.

“No hay nada más frustrante que hacer llegar ayuda a un sitio y ver que no es entregada a la gente que la necesita. Aquí nada es retenido. Todo es distribuido en el acto”, manifestó el coronel Julio López, comandante de un escuadrón de la fuerza aérea estadounidense que ha estado transportando ayuda y personas en aviones de carga C-130 entre Santiago y Concepción.

Diez días después del terremoto, más del 90% de las viviendas de la zona afectada tienen electricidad y agua, y medio millón de sobrevivientes reciben agua en camiones. Una cantidad de voluntarios asisten a 14.000 soldados que colaboran en las tareas de reconstrucción y ayuda y una exitosa Teletón recaudó varios millones de pesos, que permitirán construir refugios de emergencia.

Los entendidos dicen que es normal que las personas de las zonas afectadas, que quedaron aisladas, se hayan quejado inicialmente y se hayan sentido abandonadas. Pero los expertos resaltan que la respuesta de las autoridades fue más que adecuada ante una tragedia que hubiera desbordado a la mayoría de los gobiernos.

El terremoto de magnitud 8,8 fue 500 veces más fuerte que el de magnitud 7 que estremeció a Haití recientemente. Fue tan intenso que cambió la órbita de la Tierra y desplazó a Concepción unos tres metros hacia el oeste, según los científicos.

“La realidad es mucho mejor de lo que se pensó inicialmente”, expresó Raúl Rivera, presidente del Foro Innovador, que promueve el desarrollo económico de Chile.

Los chilenos resolvieron pronto los problemas de coordinación que tantas dificultades causaron en Haití y en ocasión del huracán Katrina en el 2005 en Estados Unidos, según López.

En el caso de Katrina, dio la impresión de que durante los primeros nueve días nadie tenía el control de la situación, lo que generó un caos y puso en peligro muchas vidas, expresó López. Agregó que “cada uno hacía lo que le parecía. Todo el mundo quería ayudar y nadie dirigía el tráfico”.

También en Haití reinó el caos al comienzo. En ese país no había un gobierno efectivo y cuando los aviones llegaban con ayuda, nadie sabía qué hacer, señaló López. Las organizaciones no gubernamentales extranjeras se peleaban porque les diesen prioridad y muchos alimentos, medicinas y agua no fueron distribuidos con prontitud.

Bachelet, en cambio, ordenó un análisis de la situación y, en cuestión de horas, solicitó a otros países que aportasen hospitales de emergencia, teléfonos satelitales, puentes flotantes y centros de diálisis, equipo especializado que complementó los esfuerzos de los chilenos.

“En este caso se observó una respuesta efectiva y bien ejecutada”, declaró Mark Ghilarducci, un estadounidense que tiene 25 años de experiencia en tareas de asistencia luego de desastres naturales. “He visto gobiernos que se toman mucho más tiempo para establecer un plan de acción y con una coordinación y comunicación mucho más deficientes”.

“Es asombroso que haya habido tan pocas muertes con un terremoto tan fuerte”, dijo Ghilarducci. “La espera no fue larga. Hubo una respuesta muy rápida y efectiva. Los equipos de búsqueda y rescate y los bomberos estaban donde tenían que estar”.

“El gobierno se demoró 36 horas en sacar a los militares a la calle, pero eso no es mucho tiempo cuando se habla de un desastre de esta magnitud”, acotó.
Miércoles 10 de Marzo de 2010
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Fuente :AP

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